Escribo de prisa por miedo a olvidar. Me atropello, olvido palabras, garabatos a luz tenue. Adormecido, con tu olor aun en la piel, con el sudor seco en la espalda, con calor pelmazo, alucinado y un poco triste también. Hemos esperado tanto que ahora ya nada tiene el sentido que merece. Un gusto lánguido. Nuestro unfinished business.
Sabemos que ésta debió ser nuestra historia. No la historia alternativa que es la realidad. Que todo debió haber ocurrido hace mucho, en esos años que anduvimos juntos, de aquí para alla en amistad tímida, cuando comentábamos temas robustos y guardábamos silencio a falta de mejor. En uno de esos paseos sin rumbo escapando de la ciudad grotesca. O en aquella noche de baile, de borrachera y media, cuando te dejé en tu puerta y me dijiste que te ayude a abrirla. Eras torpe para insinuarte y yo tímido para ponerme a la altura. Te hiciste platónica entre tanta inocencia. Aparecieron distracciones. Las oportunidades se cansaron de presentarse.
Nunca vi tu soledad. Quizás fui demasiado partidario de tu libertad. Caminando contigo del brazo. Dándome por satisfecho, resignado. Con cuidado de no pisar, de no traspasar, de no tomar el control. De no tomarlo todo. Como ahora. Como todo esto que acabamos de hacer. Tan tarde ya para finales felices. Para historias a medio escribir.
Por eso quiero acabarla hoy. Aunque los pensamientos le ganen a mi temblorosa escritura. Porque acabo de despertar y los sueños se me olvidan demasiado rápido. Porque muy pronto despertarán también los niños y no habrá forma ya de pensar en ti.
![]() |
Observator Infinitor - Ernst Fuchs |
Pero lo has hecho ya.
ResponderEliminarBonita historia.