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Mostrando las entradas etiquetadas como Asomando la cabeza por la ventana rota

El fulano

El silencio no era lo suyo, tampoco el escándalo. Lo suyo era un eterno zumbido y una  tremenda  tendencia a evadir todo tema espinoso. Por hablar y no decir. Que se me poncho la bici, que lo complicado  de  encontrar filete de atún fresco hoy por hoy caray, que las vacaciones tan lejanas aun, que  los  zapatos de calidad, la pelusa de ombligo, la cena de esta noche, y por supuesto el clima. Yo detectaba un temor al silencio, a mirar a los ojos, a pronunciarse, a cuestionar, a chocar, a emocionare, a colorear fuera de las lineas, a hacer barricada en una esquina y defender territorio con mordiscos y zarpazos, a rasgar piel, a sacar sangre, a la fiebre y el sudor frío. Lo suyo era una sopita caliente, sweater de lana mullida, fraternidad con los míos, yerno ideal, tedioso, sobrio, competente, el peso enorme de la condescendencia, del honor, el amor a la patria, la fe en Dios (a mi madre se le respeta carajo). Muchos jamases y lo a...